El aseo es tan fundamental para la salud de tu perro como para afianzar la relación que os une. Es necesario acostumbrarlo desde pequeño
Cepillado: se realiza con un cepillo o peine específico en la dirección de crecimiento del pelo. Con una vez a la semana y antes del baño será suficiente, salvo si tiene el pelo largo o muy espeso que entonces será mejor hacerlo a diario.
Uñas: Con un cortador de uñas específico para perros, se venden en cualquier tienda de animales. La frecuencia y la forma de cortar las uñas varía con el tamaño, la raza y los hábitos del perro, tu veterinario puede enseñarte cómo hacerlo.
Dientes: lo idóneo es cepillarle todos los días con un cepillo y pasta dental específicos para él. Aún así, en ocasiones, puede ser necesaria una limpieza dental profesional.
Orejas: debes limpiarlas al menos una vez a la semana con una gasa y un limpiador de oídos. Nunca usar un bastoncillo. Tu veterinario te indicará como hacerlo correctamente. Si tu perrito es de pelo largo también es indicado retirarle el pelo que crezca en el interior del oído puede producir tapones de cera y predisponer a infecciones.
Ojos: Limpiarlos
con suero fisiológico y una gasa cada vez que se le depositan legañas o vamos de
paseo a zonas con arena y mucho polvo.
Glándulas anales: Son dos glándulas a ambos lados del culito que hay que revisar periódicamente e incluso vaciarlas, se suelen hacer en los baños debido al mal olor de su contenido. Si se llenan pueden producir infecciones o fístulas.
Baño: No necesitas más que una toalla, un champú
específico para perros, un secador y mucha paciencia. Debes frotarle bien el champú por el
cuerpo, sin que le entre en los ojos ni en las orejas, y aclarar abundantemente
con agua. Sécalo después con una toalla y con un secador evitando la zona de la
carita.
La frecuencia de lavado depende fundamentalmente del
tipo de pelo de tu perro; nuestras peluqueras son las que mejor pueden
asesorarte sobre la frecuencia y el champú apropiados. No olvides que excederse
puede ser perjudicial para su piel y a no ser que utilice un champú de tratamiento específico, hay que bañarlo como mucho cada 15 días.